La intolerancia a la lactosa es un problema para digerir los alimentos que poseen lactosa, como la leche o sus derivados. Este problema los sufre una gran parte de la población, especialmente a las mujeres, ya que incrementa el riesgo a padecer osteoporosis. Por ello, se crearon otras opciones para su consumo, como la leche deslactosada.
¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia la lactosa se debe a que el organismo es incapaz de digerir a la lactasa que se encuentra en la leche. Es un azúcar natural que se encuentra en diferentes productos lácteos. Sin embargo, la intolerancia no es lo mismo a la alergia alimentaria a la leche. Cuando la lactosa pasa por el intestino grueso sin ser digerido ocasiona problemas relacionados con la digestión, como los gases, el dolor abdominal o abotagamiento.
Las personas que lo padecen pueden ser incapaces de consumir la lactosa en su totalidad o algunas pueden consumirlo en pequeñas cantidades o solamente algunos productos. Suele ser muy usual en personas adultas de origen asiático, americano, pero en el europeo los niveles son menores.
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¿Cuáles son las causas de la intolerancia a la lactosa?
La causa inicia se encuentra en el intestino delgado, el cual no crear la suficiente lactasa, un enzima que desintegra y digiere a la lactosa. Esta intolerancia puede ser hereditaria y los síntomas lo observamos en la adolescencia y adultez. Existen tres tipos de factores que producen esta intolerancia y son los siguientes:
1.- La intolerancia a la lactosa primaria: Es el tipo más común y las personas si pueden producir la suficiente enzima lactasa. Esto sucede durante sus primeros meses de vida en donde consumen la leche materna y necesitan de la lactasa.
Pero, a medida que reemplazar la leche con alimentos, la producción de esta enzima suele disminuirse, pero se segrega lo necesario para la cantidad de productos lácteos. En esta intolerancia primaria, la producción de la enzima disminuye y esto evita la digestión de productos lácteos durante la adultez.
2.- Intolerancia a la lactosa secundaria: Esto se origina cuando el intestino delgado reduce su creación de la lactosa, después de alguna enfermedad, lesión u otros problemas que afecto a este órgano. Estas pueden ser, la enfermedad de Crohn, la proliferación bacteriana, entre otros. Se puede llevar un tratamiento que ayuda a restaurar los niveles de la lactasa y reduce los síntomas, aunque este proceso puede tomar tiempo.
3.- Intolerancia a la lactosa congénita o del desarrollo: Los bebés pueden nacer con la intolerancia la lactosa debido a la ausencia de la enzima lactasa. Esto si es hereditario y se transmite a través de un patrón llamado, autosómico recesivo, es decir, los padres deben transmitir la misma variante genética para que su hijo padezca de esta afección. Si el bebé es prematuro, también puede ser intolerante a la lactosa porque posee un bajo nivel de lactasa.
El diagnóstico y tratamiento de la intolerancia a la lactosa
Si visitas a un doctor es muy probable que determine esta intolerancia a través de exámenes o los síntomas que menciones. También puede pedirte que dejes de consumir productos lácteos por un periodo de tiempo para observar si los síntomas disminuyen. Uno de los exámenes que piden es el de hidrógeno en el aliento de azúcar en la sangre..
Aunque no existe una cura, se pueden tratar sus síntomas reduciendo el consumo de los productos lácteos o sustituyéndolos por la soya. En algunos casos las personas pueden consumir yogur, especialmente si poseen cultivos vivos. Otra opción es consumir suplementos dietéticos, como los productos de lactasa, que favorecen la digestión de la lactosa.
La intolerancia la lactosa es un problema muy común y no posee cura. Aunque si existe diferentes tratamientos, el más frecuente es abstenerse de consumir productos lácteos. Reemplaza las vitaminas de los lácteos con otros alimentos.