La crianza de los hijos es un proceso complicado, en donde influyen muchos aspectos de la vida. También tenemos que considerar que estilo de crianza vamos a aplicar y como este influye en la familia. Si buscamos un niño que sea autónomo, con inteligencia emocional, que cumpla nuestras metas o sé obediente.
¿Qué es la disciplina positiva?
La disciplina positiva es todo un conjunto de acciones que aplicas en la crianza democrática y nos permite guiar con cariño a nuestros hijos. Este estilo fue promovido por la psicóloga Jane Nelsen y puede ser aplicado en la familia o la educación, por la persona que cumple un rol cercano con el menor. A continuación, te mencionamos algunos de sus objetivos y principios:
- Sentimientos de pertenencia: El objetivo es que los niños desarrollen un sentimiento de pertenencia, es decir, que estén dispuestos a cooperar con las figuras de autoridad y sientan el entorno familiar como propio, un lugar seguro y tranquilo.
- Ser firmes en la crianza: Esta disciplina favorece, el respeto, la amabilidad y la firmeza en la crianza. Rechaza el autoritarismo y las agresiones en los menores. También establece los límites de manera sana ya que aplica distintas técnicas, como la técnica del sándwich.
- Fomenta la autonomía: Este estilo favorece el aprendizaje de las habilidades y también la autonomía de los menores. Su objetivo principal es que el menor sea capaz de valerse por sí mismo, tener un criterio y los recursos personales.
- Emplea un refuerzo positivo: Se busca reforzar los comportamientos positivos y no eliminar los malos. Se analiza cada mala conducta buscando soluciones.
- Fomenta la comunicación: La comunicación y empatía entre la familia, es muy importante. Por ello, se busca reforzarlo entre las figuras de autoridad y los hijos.
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¿Cómo aplicamos la disciplina positiva en nuestros hijos?
Debes buscar convertir los principios en un estilo de vida. Por ejemplo, si consideran que lo importante es el respeto con la familia, cuando tu hijo haga una rabieta, debes acompañarlo en lugar de gritarle o insultarlo. Aunque al inicio puede ser complicado aplicarlo en los niños y especialmente sobre como iniciar. A continuación, te mostraremos algunas sugerencias.
- Explícales tus expectativas: Es fundamental que los menores sean conscientes de lo que se espera de ellos. Por ello, debes contárselos, pero sin presiones. El lenguaje debe ser tranquilo y claro, como recoge tus juguetes después de juzgar. También debes considerar las situaciones futuras, por ejemplo, si van a ir a un restaurante debe explicarle que debe estar sentado en la mesa y no hacer mucho ruido.
- Explicaciones lo que les pides: Cuando le dé una orden o desea que el niño aprenda, debe explicarlo, un porque yo lo digo, no es suficiente. Si se establece norma, debes explicarle la razón, cuáles son los beneficios y porque se lo pide. Aunque él no pueda comprender en su totalidad, va a ser más consiente de la situación.
- Establece las consecuencias de sus actos: Dentro de esta disciplina positiva, se establecen consecuencias no castigos. Poe ello, para que el niño cambie su comportamiento, no es necesario los gritos o la venganza. Busque otras opciones lógicas y naturales. Las consecuencias deben afectar a su comportamiento y deben trasmitirle una lección. Las consecuencias naturales son algo común si no realizan una acción, en cambio las consecuencias lógicas es la que los padres aplican.
- Establece una comunicación activa: Los adultos nos centramos en las conductas positivas o negativas, pero no en la comunicación, y esto incrementa alguna conducta. Un mal comportamiento puede ser porque el niño necesita más atención, se siente frustrado o está pasando un momento complicado.
- Refuerza los comportamientos positivos: Debemos promover las conductas positivas, podemos usar los premios o felicitaciones, pero eso debe ser medido y no en exceso. También puede cambiar la forma de enunciar, por ejemplo, en lugar de decir no grites, puede decir habla más bajo.
La disciplina positiva es muy favorecedora para los niños, ya que crecen con una estabilidad emocional segura, siendo autónomos y seguros de sí mismos. También permite fortalecer el lazo familiar.